Necesito salir a pasear, pero todavía me encuentro algo floja. Además llevo esta cosa amarilla alrededor del cuello, que me molesta.
Mamá me llama desde la entrada, ha cogido el collar y la correa, me lo pienso. Bueno, vale, voy.
¿No me piensa quitar esto amarillo? Pues parece que no. Me voy con esto puesto alrededor del cuello, espero que no me vea Pity.
No me aclaro para caminar, pero lo peor no es eso, lo peor es que no me deja oler, no puedo oler quién ha pasado ya. Encima los pocos que me he encontrado, todos venían a oler este plástico, algunos intentaban morderlo para quitármelo, pero lo tengo muy bien cogido y no pueden. Otros me ladran, todos me preguntan lo mismo, ¿qué llevo puesto?
Cuando íbamos por mitad camino, una niña le ha preguntado a su abuela de qué iba disfrazada. Ellas me dicen que estoy muy bonita con esta especie de pamela al revés, pero a mí no me gusta nada y para colmo no me deja rascarme a gusto en la tripita que me pica y me estira.
Espero no tener que llevar mucho tiempo esto, porque esta pamela es muy, pero que muy molesta.
