27. Los molestos paseos

Lu se va al instituto, pero no puedo moverme, me duele algo que me han puesto en la barriguita, no puedo verlo, porque esto grande y pesado que rodea mi cuello me impide verlo.

Lu me acaricia, yo solo puedo responderle moviendo mi rabo. Hoy no voy a poder ir a decirle adiós. Ya no tengo frío, pero tengo mucho sueño. Una última caricia y oigo la puerta.

Mamá viene a verme, me acaricia y se sienta a mi lado, me da calorcito, siento su preocupación, pero ahora solo quiero dormir.

Ha pasado la mañana y no me he enterado, tenía mucho sueño, oigo la puerta de nuevo, es Lu que regresa del instituto. Hoy no tengo muchas ganas de jugar, así que intento levantarme para beber agua y comer un poco pero voy chocando con las paredes, esto que me han puesto en el cuello no me gusta, no veo bien y encima tengo que alargar la lengua para comer, menos mal que la tengo larga.

Quieren sacarme a pasear, pero yo solo quiero volver al sillón, me duele la barriga, aunque no es la barriga, ya que como y no me duele, está un poco más abajo, pero no lo puedo ver, porque tengo este plástico amarillo que me rodea el cuello y no me deja casi mover mi cabeza.

Menos mal que el paseo ha sido corto, lo suficiente para hacer mis necesidades. De vuelta al sillón. Ellas se marchan sin mí, pero no me importa solo quiero dormir, quizás cuando despierte ya no me duela.

Tengo pesadillas, estoy sola en una sala, tumbada en una mesa muy alta y fría, lloro pero nadie me oye, quiero que vengan mamá y Lu pero ellas no están. Oigo la puerta, menos mal, era solo una pesadilla. Ya están de vuelta. Me vuelven a acariciar, me dicen cosas bonitas para animarme, pero yo solo puedo suspirar y dormir.

Estoy calentita en el sillón y ellas están cerca, las pesadillas no volverán a aparecer.

Nube Lengualarga