Salimos a la calle, tengo prisa por llegar al paseo, así que voy arrastrándolas. Aunque me estiran de la correa para que no tire, intento contenerme pero no puedo, tengo ganas de ver a mis amigos.
Por fin, llegamos al paseo. Rec ya ha estado por aquí, ha dejado su huella, no huelo a Pity, todavía no ha salido.
–¡Ey! ¿Tú quién eres? –Noto como alguien me asalta por detrás.
–¡Hola, hueles muy bien! ¿Quieres que seamos amigos?
–No, no me gusta cómo me hueles, además eres muy grande para mí. –Menos mal que viene Lu a salvarme. El pesado se va. Seguimos el paseo. Otro se acerca.
–¡Ah! Eres tú, Pijama. Creía que era otro pesado. ¿Qué haces, porque intentas montarme?
–¡Hola, Nube! Hoy hueles diferente, estás como diría… ¡Irresistible!
–Pijama, no te pases, que no me gustas, además yo ya tengo novio, Pity.
Su amo lo llama.
–Bueno, me voy Nube. Si cambias de opinión, ya sabes, levanta la cola.
Pero, ¿qué pasa hoy? ¡Se han vuelto locos!
¡Oh, no! A lo lejos veo que vuelve el pesado de antes. Voy a correr hacia Lu.
Ella no entiende lo que me pasa, pero cuando ve venir al pesado, me coge en sus brazos. Pero el pesado no se detiene, quiere poseer a Lu también, Mamá intenta quitárnoslo de encima, pero es grande y no puede con él, así que se une a nosotras abrazándonos intentando protegernos. A lo lejos, se oye la voz de su amo llamándolo, pero no hace caso.
Cuando finalmente, el amo se acerca, lo coge y le pone la correa. Se disculpa con mamá, se le había escapado cuando ya estaban al final del paseo, por lo visto mi olor es irresistible.
Vaya susto que nos hemos llevado, yo porque si me coge me destroza y ellas porque no sabían cómo quitárselo de encima.
Después de esto, se no han ido las ganas de seguir paseando, así que regresamos a casa.
He oído a mamá decir que hasta que no se me pase el celo, el paseo va a ser tranquilo, por sitios donde no haya muchos perros.
¡Qué lástima! Espero que el celo ese no dure mucho. Bueno, no pasa nada, como dice Pity, será porque ¡Soy demasiado irresistible!
